volver La Exposición didácticaLa creencia en los espÃritus y la escultura religiosaFilipinas, trampolÃn hacia OrienteCulturas primitivas de Luzón Ofreciendo un sacrificio a los anitos.Norte de Luzón, Filipinas. Pintura de Nicéforo Rojo, S. XX. En el norte de Luzón, los Ibaloi y Kankanai creen que el alma de todo difunto se convierte en "anito", un ser que puede aparecer en forma animal o humana y que posee todas aquellas capacidades que nuestras supersticiones populares atribuyen a los espÃritus desencarnados. Aunque la gran mayorÃa de los "anitos" son considerados como espÃritus enteramente inofensivos. Estos espÃritus viven fuera de los poblados, en las montañas vecinas, reproduciendo en forma espiritual la vida de los vivos. Construyen habitaciones y viven en ellas, siembran, se casan, tienen hijos y, eventualmente, -algunos de ellos al menos -, mueren y cambian de forma. Entonces pueden convertirse en una culebra o en una roca y esto explica el por qué nunca se mata a uno de estos animales. Lo más frecuente, sin embargo, es que se transformen en "li-fa", luz fosforescente que se ve en las montañas y que se produce a causa de la madera podrida. Algunos de estos espÃritus son representados escultóricamente. Esculturas de anitos Ifugao. Norte de Luzón, Filipinas. Coleccionados por el P. Benigno Fernández en 1876. Las representaciones de los "anitos" las encontramos entre los Kankanai e Ifugao principalmente. Se dice que influenciaban la vida de los descendientes, ya fuese para bien, ya para mal. Entre las imágenes más estimadas están los "bululs" o dioses del arroz. Esculpidas en madera, son los protectores de los graneros. Después de todas las fiestas que se celebran en el granero se realiza una ceremonia especÃfica para tenerles contentos. Se les moja con vino y se les da tortas de arroz, ya que si tuvieran hambre podrÃan hacer algo malo. Los Ifugao creen que es imposible tener buena cosecha si no se tiene el favor de los "bululs". |
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